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Qué ver en Vitoria-Gasteiz

En Vitoria nos quedamos un fin de semana de finales de junio, en casa de mi hermano que está trabajando unos meses allí.

Vitoria-Gasteiz, este es su nombre oficial, es sede de las principales instituciones políticas de la comunidad autónoma: el Gobierno y el Parlamento Vasco.

Nada más llegar dimos una vuelta con el coche por los principales barrios de la ciudad. Visitamos la zona de Mendizorroza donde se encuentra el campo de fútbol con el mismo nombre y donde juega el Alavés.

Aparcamos el coche y visitamos el casco antiguo. Llegamos a Plaza de España, donde está ubicado el ayuntamiento de la ciudad.

Al lado se encuentra la Plaza de la Virgen Blanca, lugar de encuentro para la gente de Vitoria. Hay muchos fuentes, bancos, bares para tomar algo… ¡Siempre hay gente en ella!


Al principio de la plaza se encuentra este monumento que nos indica que Vitoria-Gasteiz es capital verde de Europa en el año 2012.


En la parte de arriba de la plaza se encuentra la iglesia de San Miguel, de estilo gótico-renacentista construido en el siglo XIV, desde donde hay una vista de toda la plaza de la Virgen Blanca.

Callejeamos por la plaza del Machete y por los calles de alrededor.


Paseamos hasta la Catedral de María Inmaculada de Vitoria y por un pequeño parque situado delante de esta.

Se hizo ya la hora de cenar e hicimos un recorrido por los principales bares de la ciudad para probar sus fabulosos pinchos.

Al día siguiente visitamos la Bodega de Marqués de Riscal, situada a unos 45 o 60 minutos de la capital alavesa.

Volvimos al centro y comimos un chuletón de buey en uno de los restaurantes de la plaza del Machete. El restaurante Kaskagorri.

Después de reposar la comida, nos desplazamos con el coche a unos pocos kilómetros de la ciudad. Al pantano de Landa, un lugar muy bonito, ideal para ir a pasar un día de picnic. Con zonas adaptadas para el baño, bares, aseos. Lugar ideal para pasear, hacer deporte o simplemente sentarte y relajarte.


Cuando volvíamos a la ciudad vimos el pabellón del equipo de baloncesto, Caja Laboral, antiguo Tau. El pabellón Buesa Arena.

Después fuimos a tomar algo y degustar los últimos pinchos como despedida.

Vitoria es una ciudad muy tranquila y bonita, con una calidad de vida de las mayores de España. Ideal para un fin de semana, donde tiene bastantes cosas para visitar para ser pequeña y donde se come y bebe muy bien. Muy recomendable su visita.

Visitar bodega de Marqués de Riscal

Desde Vitoria fuimos a visitar la emblemática Bodega del Marqués de Riscal, situada en El Ciego, provincia de Álava.

Existe una visita guiada de 1 hora y 15 minutos aproximadamente muy recomendable. El precio es de 10 euros, que incluyen la propia visita y la cata de dos de sus vinos.

Se empieza con un vídeo donde se explica la historia de la bodega.

La visita guiada a las instalaciones empieza por las zonas más modernas y vamos avanzando cronológicamente hasta llegar a las zonas con mayor antigüedad.

Seguimos por un pabellón donde se encuentra los depósitos de acero inoxidable, donde se elabora el vino. Al visitarla en un día festivo no pudimos ver el día a día con la gente trabajando y la maquinaria en funcionamiento, pero aún así vale la pena.


A continuación se visita otro pabellón con más de 7000 barricas de roble americano, es un recinto con gruesas paredes. La guía nos explica detalladamente cada instancia que visitamos y así saber más del proceso de elaboración y envasado del vino.


También se accede al botellero por excelencia de la bodega, un botellero histórico donde se pueden encontrar botellas de un siglo y medio de antigüedad. Y por supuesto, el recinto donde se embotellan hoy en día las botellas que son distribuidas por todo el mundo.


Finalizada la visita se procede a la cata de dos de sus vinos, uno tinto y otro blanco de Rueda.

A la salida puedes comprar cualquiera de sus vinos en la tienda.


La bodega además de por el fabuloso vino es conocida también por el impactante hotel construido allí por el prestigioso arquitecto Frank O. Gehry, conocido por ser el arquitecto del Guggenheim de Bilbao.


La visita a la bodega no incluye el visitar el curioso hotel, simplemente se pasa por delante. Aunque puedes acceder a las zonas comunes de éste y verlo por tu cuenta. Verlo solo desde fuera ya vale la pena.

Fuerteventura

Llegamos a Fuerteventura desde Valencia con Ryanair. Unas tres horas de vuelo. Una vez en el aeropuerto fuimos a recoger el coche que habíamos alquilado.

El apartahotel lo teníamos cerca del aeropuerto en Caleta de Fuste, Suite Hotel Castillo San Jorge & Antigua. Una zona completamente de ingleses. El aparta-hotel estaba bien, recomendable para pasar unos días en Fuerteventura, aunque nosotros apenas estábamos solo que para dormir.
Dejamos las maletas y fuimos a conocer Puerto Rosario. Es una ciudad pequeñita en la que apenas hay nada para visitar. Dimos un paseo por su bonito paseo marítimo y visitamos la casa museo de Miguel de Unamuno, el cual estuvo desterrado en la isla. La casa está situada al lado de la Casa-Palacio del Cabildo de Fuerteventura

Destacamos también los monumentos de diferentes autores que pueden observarse en cada una de las rotondas de la ciudad.

A la hora de comer nos recogió nuestro amigo Víctor, que nos llevó a comer y a conocer la isla.

Salimos en dirección norte, hacia Corralejo. Nuestra primera parada, dentro del municipio de la Oliva, fue la montaña roja. Montaña volcánica con un bello color rojizo que destaca dentro del paisaje y a muy pocos metros del mar.

Después de varios kilómetros con un paisaje volcánico, al continuar la carretera y pasar la montaña roja, el paisaje cambia por completo. Nos adentramos en las dunas de Corralejo. Es el Parque Natural de las Dunas de Corralejo, paralelo a la costa a lo largo de ocho kilómetros, que introduce su fina arena hacia el interior en un tramo de tres kilómetros.

Las dunas son una de las cosas más bonitas que tiene la isla.

Dejamos Corralejo para otro día y regresamos para adentrarnos por el interior de la isla. Conducimos por un bonito paisaje, recorriendo La Caldereta y Vallebrón, hasta encontrarnos con unas vistas inmejorables de la montaña sagrada de Tindaya, de un valor histórico y antropológico incalculable.

La montaña cuenta con casi 300 grabados rupestres con forma de pie (podomorfos).


Conocimos el pueblo de Tindaya.

Cerca de Tindaya existen unas playas realmente espectaculares. Unos acantilados muy bellos, cuyo acceso es por un camino de tierra, por lo que con un coche de alquiler hay que tener cuidado porque la mayoría de las compañías de alquiler no te cubrirán si tienes percances en esta zona.

Ver la puesta de sol allí es un privilegio que muy pocos pueden disfrutar.

Sur de Fuerteventura

Hoy vamos a conocer el sur de la isla, pero antes de salir fuimos a caminar un poco por los alrededores del hotel. Por la zona del castillo, viendo su puerto deportivo y sus playas de arena.

 Vinieron a recogernos Víctor y Belén. Nuestra primera parada fue el Centro de interpretación Poblado de la Atalayita. El Poblado de la Atalayita es un yacimiento arqueológico, cuya ocupación se remonta a la época aborigen y que se ha venido reutilizando de forma continuada después de la conquista. Hay un pequeño recorrido donde puedes visitar estos yacimientos.

Continuamos nuestro camino hacía el sur de la isla. Entre Costa Calma y Morro Jable, se encuentran las mejores playas de la isla, la arena blanca y las aguas poco profundas de color turquesa hacen de esta extensión de costa, un sueño para los amantes de la playa. En estas playas se practica mucho el surf.

En Morro Jable empieza un camino por pista de tierra que nos llevará al faro de Jandía, al lugar más al sur de la isla. El lugar es precioso, la tranquilidad que da el lugar es impresionante. El paisaje es muy bonito. Aunque es un ratito por pista de tierra, merece la pena. En el propio faro existe un pequeño museo donde tienes información sobre la isla.

Antes de llegar al faro existe un pueblecito, Puerto de Jandía, donde comimos. No te puedes ir de puerto sin haber probado el caldo pescado que nos sirvieron con el típico gofio escaldado acompañado de cebolla roja. Realmente buenísimo.

Después de comer continuamos para ver la parte occidental de la isla desde el sur de Fuerteventura.

Si Fuerteventura tiene algo que me encantó es la belleza de sus paisajes. Sus playas, sus acantilados, sus paisajes volcánicos, desérticos. Es maravillosa.




De regreso subimos al mirador de Cofete, donde se ve toda la costa oeste de la isla.


Regresamos hacía el hotel y nos tomamos el resto del día de relax.

Más Fuerteventura

Hoy nos acompañaba en nuestra visita por la isla Merche, a la cual recogimos en Puerto Rosario.

De ahí nos fuimos hacía Corralejo, donde pudimos contemplar otra vez las dunas. Corralejo es posiblemente la ciudad más turística de la isla. Desde allí salen excursiones hacía la Isla de Lobos. Un islote situado cerca de Corralejo, que es reserva natural rico en plantas y pájaros que solo se encuentran en estos lares.

También puedes coger un Ferry hacía Lanzarote.

Dimos una pequeña vuelta por la ciudad y a continuación nos metimos por una carretera de tierra que va bordeando la costa en dirección Cotillo. Los paisajes que encuentras cuando te metes por las pistas de tierra son excepcionales.

Seguimos pegados al mar y nos encontramos con el faro de Cotillo. Muy pintoresco con sus franjas blancas y rojas.

Seguimos hacía la población de Cotillo. Pequeña localidad donde comimos en uno de sus restaurantes. Recomiendo pedir lapas, cuando te dicen que saben a mar, preguntas ¿ese qué sabor es?. Cuando las pruebas dices: “saben a mar”. Después cualquier pescado fresco del día es recomendable.

Después de comer, nos fuimos a conocer la parte central de la isla que nos faltaba. Primero dirección La Oliva. Continuamos dirección Betancuria, pasando por el Valle de Santa Inés. Los paisajes son muy bonitos. Descubrimos los contrastes de Fuerteventura.


De Betancuria aun bajamos por Vega de Río Palmas y Nuestra Señora de la Peña hacía Pájara. Las vistas desde la carretera merecen la pena.

Regresamos hacía Puerto Rosario para dejar a nuestra acompañante del día de hoy y nos dirigimos a casa Victor y Belén para cenar y despedirnos.

Gràcies amics.

Sevilla

Salimos de Valencia dirección a Sevilla con Ryanair. La verdad que muy bien, mejor de lo esperado.
Desde el aeropuerto San Pablo de Sevilla tomamos un autobús (2,40 euros) hacia el centro.
Nos alojábamos en el Hotel Emperador Trajano. A 5 minutos del centro a pie. Relación calidad precio muy bien.

Descargamos maletas y fuimos a realizar la primera toma de contacto de la ciudad. Callejeamos un poco, y fuimos a buscar uno de los símbolos de Sevilla: la Giralda.


No sin antes tomar un aperitivo en uno de los numerosos bares del centro.
Continuamos hacía la Torre del Oro y siguiendo el río pasamos por delante de la Maestranza hasta llegar al puente de Triana.

Regresamos hacía el centro de la ciudad donde nos recogería Carlos para ir a comer.

Nos llevo a Taberna Coloniales, sitio muy recomendable donde comimos excelentemente a muy buen precio.

Cerca de allí se encuentra el Palacio de Dueñas, residencia de la Duquesa de Alba en Sevilla y donde nació Antonio Machado.

Por la tarde y después de una merecida siesta dimos una vuelta por las calles comerciales del centro, destacando la calle Sierpes. Calle estrecha y con innumerables tiendas, la calle Sierpes es una de las más conocidas de Sevilla.

Cerca de allí se encuentra la Plaza del Salvador, lugar de encuentro, tanto por las tardes como a la hora de la comida. Allí puedas tomarte una cerveza bien fría acompañado de unas patatas fritas espectaculares en un puesto callejero. Con el buen tiempo la plaza se llena cualquier día de la semana. En la plaza se encuentra la Iglesia del Salvador. Con la entrada al Real Alcázar está incluida la entrada a la iglesia.

Por toda Sevilla puedes encontrar coches de caballos para realizar un paseo por la ciudad.

Luego nos fuimos a cenar. El lugar elegido La madraza, un restaurante muy cercano a la Alameda de Hércules. La cena estuvo bien.
De regreso al hotel, paramos a tomarnos un helado en Helados Raya.

Qué ver en Sevilla

A las 9:30 salimos del hotel dirección Plaza España, nos costó unos 20 minutos andando. En mis anteriores visitas a Sevilla nunca había estado en Plaza España, me fascinó. Es un lugar impresionante, un lugar que hay que visitar. No puedes haber estado en Sevilla y no visitarlo. Para quien no lo recuerde, o no lo sepa (yo no lo sabía) en Plaza España se rodaron escenas de una de las películas de Star Wars.


Regresamos hacía el centro, nuestro siguiente destino, la Catedral. La entrada cuesta 8 euros y con ella tienes incluida la subida a la Giralda.

La Catedral de Santa María de la Sede es majestuosa, de gran belleza. Es la catedral gótica cristiana más grande del mundo. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Subir a la Giralda, la verdad, si que vale la pena, las vistas son excepcionales. Desde allí se divisa toda Sevilla.


Salimos de la Catedral y nos dirigimos hacía la calle Velázquez, al lado de la calle Sierpes, un pequeño bar denominado Blanco Cerrillo, donde hay que pedir el adobo. Acompañado de una cervecita, es uno de los placeres de la mañana sevillana.

Después de dar una vuelta por el Ayuntamiento y las calles del centro fuimos a comer de tapas, el lugar se llamaba la Bodeguita Antonio Romero, situada en la calle Harinas. Sitio muy recomendable. Entre las tapas recomendables están los montaditos de “pringá”(ingredientes cárnicos del puchero o del cocido andaluz) y "piripi" (montadito con mayonesa, tomate y beicon ). Buenísimos.

Después de comer un paseo por el barrio de Santa Cruz. Uno de los más especiales de Sevilla que tiene su origen en la judería. Está lleno de casas encaladas, señoriales,patios con flores... El Callejón del Agua destaca entre las más bonitas.

Por la noche salimos a cenar y dar una vuelta.

Más Sevilla

Nuestra primera visita de hoy es el Real Alcázar. El precio de la entrada son 7,50 euros. El sitio es impresionantemente grande. Las salas son una preciosidad, sus jardines hermosos. En el lugar te puedes pasar horas y horas. Dada su antigüedad, se inició en la Alta Edad Media, pueden verse estilos islámicos, mudéjares y góticos y hasta renacentistas y barrocos.
La entrada es por la puerta del León.


Después de la visita fuimos a tomarnos nuestra merecida cervecita acompañada de la respectiva tapita cerca de la Giralda.

De ahí nos fuimos al barrio de Triana, paseamos por la famosa calle Betis, bordeando el río. Hasta llegar a la calle San Jacinto. La calle estaba llena de gente.



Una de las cosas a destacar en Sevilla es la cantidad de gente que hay por las calles durante todo el día. Hay mucho ambiente.

Comimos en el propio Triana, un lugar llamado las Golondrinas. Muy recomendable, donde nos trataron muy bien.

Después de comer, fuimos a tomar algo al bar Capote. Una terraza a orillas del Guadalquivir, ideal para tomar un café o incluso un buen mojito mientras disfrutas de un gran ambiente y buena música.


Por la noche cenamos en casa de nuestros amigos, donde nos invitaron a una suculenta cena.
Después salimos a conocer la marcha sevillana.

Al día siguiente, regresamos a Valencia.



Valencia en Fallas

Valencia es una ciudad que hay que visitar, pero Valencia en Fallas es especial.

Las calles llenas de gente, el ruido de los petardos, los falleros y falleras, las bandas de música, los monumentos falleros, la mascletà, los castillos de fuegos artificiales con la Nit del Foc como noche mágica. Estas y otras muchas cosas hacen de Valencia en Fallas un sitio que no hay que perderse.

Su día grande es el 19 de marzo, la cremà. Día que se queman todas las fallas. Aunque puedes ver y participar de los numerosos actos al alcance de todo el mundo durante toda la semana.


Desde el día 1 de marzo y todos los días hasta el 19, a las 14:00 de la tarde se dispara en la Plaza del Ayuntamiento la mascletà, después de que las falleras mayores de Valencia autoricen al pirotécnico que empiece: Senyor piroctècnic, pot començar la mascletà!!!



Los monumentos falleros: las fallas, empiezan la plantà el día 15 de marzo. Prácticamente en cada calle existe una falla. Las de mayor presupuesto están dentro de la sección especial y vale la pena visitarlas.

Otras obras de arte que hay que visitar son las calles iluminadas. No hay que perderse la iluminación de las calles Sueca y Cuba Literato-Azorín.

Por las noches, alrededor de la media noche se disparan castillos de fuegos artificiales, destacando la Nit del Foc que se dispara el día 18 de marzo.

Después del castillo se puede ir de fiesta a alguna de las numerosas verbenas que montan las comisiones falleras.



Si nunca has estado en fallas en Valencia, ven el próximo año.



Fin de semana en Ávila

Junio 2010.
Reservamos el hotel en Villatoro. A unos 35 km de Ávila. Se llama Posadas Torre del Mayorazgo. Un sitio muy tranquilo y acogedor donde disfrutar de unos días de relax absoluto. El hotel es muy recomendable. El viernes ya llegamos sobre las 8 de la tarde. Cenamos en el hotel.
A la mañana siguiente fuimos a conocer Ávila capital. La ciudad de Ávila tiene un patrimonio importante, lo más destacado son sus murallas.


Nos dirigimos a pasear por la muralla, había que hacerlo cuando más pronto mejor ya que era un día caluroso y a medida que pasaban las horas se haría más insoportable.
El precio de la entrada son 4 euros por persona. El paseo por la muralla se realiza en 2 tramos.
Las vistas desde la muralla son muy bonitas. Es un paseo agradable. Las murallas son las que están mejor conservadas de todo el territorio español.

Pero Ávila no tiene solamente sus murallas. Recorriendo la ciudad encuentras infinidad de edificios a destacar.

Convento - Museo de Santa Teresa de Jesús, ubicado en el lugar donde nació y vivió la Santa hasta los 20 años. Declarado Monumento Histórico – Artístico.




La plaza Mayor de Ávila no hay que perdérsela. Destacan las viviendas sobre los arcos que rodean la plaza. Es uno de los lugares más transitados de la ciudad.





De puertas a fuera de la muralla se encuentra la Basílica de San Vicente de gran belleza.






Para comer, no podíamos irnos de Ávila sin probar el famoso chuletón. ¡¡¡Qué bueno!!!
Después de comer fuimos a ver La Catedral. La entrada son 4 euros.
 
 Como teníamos aún mucho día por delante fuimos a buscar algo de naturaleza. Subimos al coche y nos dirigimos hacía la Sierra de Gredos, una de las sierras más extensas del Sistema Central.

Entre parada y parada, finalmente llegamos a El Barco de Ávila, un bonito pueblo que vale la pena visitar.
El río con el puente románico, más conocido como puente viejo, es una de las visitas obligadas del lugar.


De regreso hacía el hotel, cenamos en Piedrahita.

El domingo salimos del hotel y fuimos a Villacastín, donde comimos antes de regresar hacía Valencia.