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Dublín

Enero de 2012

Llegamos al aeropuerto de Dublín y nos desplazamos hacía la ciudad con un bus que se puede tomar a la puerta del aeropuerto. El precio son 10 euros y te sirve también para la vuelta. Con el bus paramos en la estación de trenes.

Estuvimos alojados en el Ashling Hotel, situado enfrente de la estación de trenes y cerca de Phoneix Park. Hotel muy recomendable.


Para desplazarnos al centro utilizábamos el tranvía, a 50 m del hotel había una parada. En 5 min estabas en el centro de la ciudad. Compramos un bono para una semana.

Llegamos la noche de fin de año a Dublín. En Nochevieja la gente acude delante del Ayuntamiento y hacen una cuenta atrás. No es una de las noches de fin de año más famosas de Europa, no es muy especial.


Conociendo Dublín

Desde el hotel ir a Kilmainham Gaol está relativamente cerca, Kilmainham era la cárcel que se inauguró en 1796.

En esta cárcel estuvieron presos numerosos líderes independentistas irlandeses.

La visita está bien, el precio es de 10 euros. Destaca el vestíbulo principal, en esta cárcel se rodaron escenas de varias películas entre ellas, En el nombre del padre.


Cerca de allí se encuentra Phoenix Park, un inmenso parque, considerado el mayor de parque urbano de Europa.

En él se encuentra el zoológico, la cruz papal que fue levantada para la visita del Papa Juan Pablo II en 1979. También se puede ver el monumento Wellington, la embajada americana y la residencia del presidente de Irlanda.

Con un poco de suerte se pueden ver ciervos paseando.


Estuvimos paseando el resto de la mañana hasta la hora de comer. Fuimos hacía Temple Bar para comer.

Cruzamos el río a través de Ha'penny Bridge, el puente del medio penique, conocido así, porque antiguamente se pagaba medio penique cada vez que se cruzaba.


Comimos en Elephant & Castle, sitio muy recomendable.

Por la tarde estuvimos recorriendo el barrio de Temple Bar, con sus pubs con música en directo. Bebiendo Guinnes y disfrutando del ambiente de la ciudad.


También paseamos por O´connell.

Qué ver en Dublín

Empezamos el día temprano, queríamos ver muchas cosas.

Nuestra primera parada fue Four Courts, uno de los edificios más importantes de Dublín, la sede del Tribunal Supremo de Irlanda, el edificio fue destruido durante la guerra civil irlandesa.

Cruzamos el rio Liffey, y a poco metros se encuentra la catedral de la Santísima Trinidad de Dublín, popularmente conocida como Christ Church. Esta la vimos por fuera, no hicimos la visita, y nos dirigimos hacía la Catedral de San Patricio (San Patrick)


La Catedral de San Patricio de Dublín se construyó junto a un pozo en el que según cuenta la leyenda San Patricio bautizaba a aquellos que se convertían del paganismo al cristianismo.

Es muy bonita y recomiendo que se visite. La entrada a Saint Patrick’s cuesta 5,50 euros. Es una de las visitas obligadas de la ciudad. En el exterior hay un jardín muy bien cuidado.


Continuamos nuestra visita a la ciudad y seguimos hacía el Castillo de Dublín, fue sede del gobierno británico en Irlanda y también fue la primera y más importante residencia Real

El castillo es una atracción turística y, después de una gran remodelación, es también usado como centro de conferencias. Actualmente alberga las oficinas de los Comisionados de Impuestos.

También se puede visitar, el precio de la entrada son 4, 5 euros.


Junto al Castillo se encuentra el Ayuntamiento de Dublín, Dublin City Council.


Seguimos caminando y nos encontramos en George St un curioso mercadillo, de ropa vieja, discos antiguos y música en general. Un mercdadillo “retro”: South City Market, Georges Street Arcade.

Nuestra siguiente parada fue St Stephen's Green, un parque precioso situado en el centro de la ciudad cerca de Grafton Street, una de las calles comerciales más importantes de Dublín. Ideal para pasear y relajarte un rato.


Y de un parque a otro, Merrion Square. Donde se encuentra una estatua dedicada a Oscar Wilde, que nació en una de las casas junto al parque. Las casas que rodean a Merrion Square son muy bonitas, así que recomiendo que caminéis y le deis la vuelta. No es muy grande.


Nos dirigimos ahora hacía el edificio que alberga la oficina de información turística de Dublín, es una antigua iglesia restaurada.

Cerca de allí y en dirección al Trinity College se encuentra Molly Malone. La estatua de una mujer, Molly, que era pescadera, que murió de fiebre en plena calle. Existe una canción con su nombre, que puede considerarse el himno no oficial de Irlanda.


Continuamos hacía el Trinity College, entramos y damos un vuelta, pero lo dejamos para otro día, ya que al ser festivo la Biblioteca se encuentra cerrada.

Cruzamos otra vez el rio y nos dirigimos hacía Custom House, un impresionante edificio, de estilo neoclásico, que fue la aduana del puerto de Dublín.

Regresamos hacía la calle O´connell, posiblemente la más conocida de la ciudad y donde se encuentra el edificio de correos. Delante de este se encuentra el Spire, monumento a la Luz, de 120 metros de altura, considerada la escultura de mayor altura del mundo. Es un punto de encuentro para la gente de Dublín.


Finalmente fuimos a la fábrica de Guinnes. Las entradas las habíamos comprado por internet, no llegan a 13 euros por persona, con audioguía incluida. La visita está bien y te puedes tomar tu Guinnes. Tienes dos opciones, ponértela tu (que siempre es más divertido) o tomártela en el último piso, con unas vistas preciosas. Nosotros decidimos ponérnosla nosotros y más tarde subir, sin la cerveza en la mano, a ver las vistas de la ciudad.

Después de este duro día, donde casi visitamos lo más importante de la ciudad fuimos a cenar al barrio de Temple Bar, a uno de los pubs más famosos de la zona, Oliver St John Gogarty, a comer comida típica irlandesa: Irish Stew: estofado irlandés elaborado con carne de cordero, patatas, cebolla y perejil. Acompañado de música en directo.

Excursión a Belfast y Calzada del Gigante

Contratamos esta excursión a través de irlandaenespanol.com.
La excursión salía a las 7:30 desde la puerta del Hotel Gresham y no paramos hasta llegar a Belfast.

Una vez en Belfast paramos un momento para ver la universidad de Queens. Después hicimos otra parada para ir al servicio y empezamos la visita a los murales.


Primero visitamos los murales correspondientes a la parte católica.





Posteriormente visitamos la parte protestante.





El guía nos contó perfectamente la problemática que existe en Belfast, lo que ha sucedido durante años y en la situación de calma tensa que se encuentra ahora.

Si no se realiza esta excursión, existe la posibilidad de ir a Belfast en tren desde Dublín y una vez allí existen unos taxis negros que te hacen un recorrido por los murales. Los taxistas son excombatientes que estuvieron metidos en las luchas de católicos y protestantes pero que no tuvieron ningún delito de sangre.

Después de ver los murales y dar una pequeña vueltecita por la ciudad paramos para ver los astilleros donde se construyó el Titanic en 1912.


Después de un descanso y tomarnos algo, salimos rumbo a la Calzada del Gigante, una hora y pico de camino hasta llegar.

Hacía bastante frío, normal en la época del año en la que estábamos, pero es un lugar muy curioso de visitar, la Calzada del Gigante es una espectacular formación geológica de prismas hexagonales de roca basáltica provenientes del enfriamiento relativamente rápido de la lava. Aunque puede parecer que no es así, es totalmente natural.



Para la formación de estas rocas hay una leyenda:

Cuenta la historia que había dos gigantes, uno de Irlanda (Finn) y otro de Escocia (Bennandoner), que se llevaban muy mal y continuamente se tiraban rocas. De tanto tirar rocas se formó un campo de piedras sobre el mar. El gigante escocés decidió pasar el camino de rocas y derrotar a su adversario, pues éste era más fuerte que el otro. La mujer del gigante (Oonagh) irlandés vio cómo venía el gigante escocés, así que decidió vestir a su marido de bebé. Al llegar el escocés y ver que el bebé era tan grande, pensó que su padre sería el triple de grande, así que huyó pisando muy fuerte las rocas, que se hundieron en el mar para que el otro gigante no pudiera llegar a Escocia.

La excursión al completo es muy recomendable.

Sobre las 7:30 de la tarde llegamos a Dublín, con tiempo para dar una vuelta, cenar y descansar.

De paseo por Dublín

Ya que el día que fuimos se encontraba cerrada, fuimos a visitar la Biblioteca del Trinity College, donde se encuentra el libro de Kells, un manuscrito ilustrado con motivos ornamentales, realizado por monjes celtas hacia el año 800 en Kells, un pueblo de Irlanda.


La Biblioteca muy bonita, el precio son 9,50 euros. Un precio excesivo. No dejan realizar ninguna fotografía en el interior.

Realizamos la visita y dimos una vuelta por dentro de la Universidad.

El resto del día lo dedicamos a pasear por la ciudad sin rumbo fijo. Fuimos a las calles principales de compras, centros comerciales que estaban aún adornados con motivos navideños.


Fuimos a ver una curiosidad, una iglesia que la han convertido en un restaurante: The Church


Nos tomamos una pinta al Temple Bar, el bar más famoso de Dublín.




Un día de relax después de varios días de ver muchas cosas.


Excursión Acantilados de Moher

Para el último día en Irlanda volvimos a contratar una excursión de irlandaenespanol.com. Acantilados de Moher.

La excursión salía a las 7:30 desde la puerta del Hotel Gresham.

Después de aproximadamente dos horas de viaje hicimos nuestra primera parada en Dunguaire Castle, situada en Kinvara, en el condado de Galway. En esta pequeña y coqueta localidad paramos a desayunar.


A continuación tomamos la carretera recorriendo la costa, un precioso paraje. Una de las ventajas de haberlo visitado ahora, es que hay menos turistas que en verano y vas más tranquilo por la carretera, puedes hacer paradas para observar el bonito paisaje. Eso sí, hace más frio que en verano.


Finalmente llegamos a los acantilados de Moher, hacía mucho viento, pero al menos no había niebla, como nos contaba que se habían encontrado otros días y se podían ver de forma extraordinaria.


Los acantilados se elevan 120 m sobre el océano Atlántico y se extienden a lo largo de 8 kilómetros hasta alcanzar una altura de 214 m.

Son impresionantes y la verdad que es recomendable su visita.

En el recinto hay un centro para los visitantes, con fotografías, tiendas, bar y exposiciones y hasta una sala donde se muestran videos sobre los acantilados.

Los acantilados de Moher aparecen como los "Acantilados de la Locura" (Cliffs of Insanity) en la película de 1987 La princesa prometida

En los acantilados estamos aproximadamente una hora y media, tiempo suficiente para verlo sin ningún problema. Te cansarás de hacer fotos antes.

De aquí fuimos a comer a un pueblecito llamado Spanish Point. Lugar donde se hundieron varios barcos de la Armada Invencible.

Aunque el primer día no lo hicimos, esta vez fuimos a comer con la gente de la excursión, en el menú que te ofrece el guía. El precio es de 20 euros, pero está muy bien si lo comparas con lo que cuesta comer en cualquier restaurante de Irlanda y la comida estaba excelente.

De regreso paramos durante un ratito para estirar las piernas en Bunratty, donde está el Bunratty Castle.


La excursión muy recomendable, la verdad que nos tocó un guía muy bueno, que lo explicaba todo muy bien, daba muchos detalles. Oscar se llamaba. Gracias.

Llegamos sobre las 19:00 horas a Dublín, fuimos a comprar unas cosas y pasamos por delante del hotel de los U2. Hotel Clarence.


Al día siguiente temprano, tomamos el mismo bus que tomamos el primer día y de regreso al aeropuerto.