Al llegar al aeropuerto cogimos el tren dirección Bruselas, el precio del tren unos 2,5 euros.
Llegamos al hotel, dejamos la maleta y rápidamente para no perder tiempo fuimos directamente a la parada de metro enfrente del hotel dirección al Atomium. Son unos 20 minutos en metro.
La entrada al Atomium son 9 euros. El Atomium se construyó para la Expo de Bruselas en el año 58. Dentro existen varias exposiciones y subiendo arriba puedes ver unas vistas maravillosas de Bruselas.
Al lado del Atomium está el estadio de Heysel recordado por la tragedia en el partido de futbol entre Liverpool y Juventus donde perdieron la vida varios seguidores.
Volvimos hacía el centro y lo primero que nos encontramos fue el Edificio de la Bolsa.
De allí fuimos caminando hacía lo que es uno de los emblemas de Bruselas el Manneken Pis, una pequeña estatua de 50 cm muy visitada por los turistas donde se puede ver a un niño meando.
Próxima se encuentra la Grand Place, la plaza más importante de Bruselas y una de las más bonitas que recuerde, entre otros está el edificio del Ayuntamiento, el cual destaca por su asimetría.
Llegamos al hotel, dejamos la maleta y rápidamente para no perder tiempo fuimos directamente a la parada de metro enfrente del hotel dirección al Atomium. Son unos 20 minutos en metro.
La entrada al Atomium son 9 euros. El Atomium se construyó para la Expo de Bruselas en el año 58. Dentro existen varias exposiciones y subiendo arriba puedes ver unas vistas maravillosas de Bruselas.
Al lado del Atomium está el estadio de Heysel recordado por la tragedia en el partido de futbol entre Liverpool y Juventus donde perdieron la vida varios seguidores.
Volvimos hacía el centro y lo primero que nos encontramos fue el Edificio de la Bolsa.
De allí fuimos caminando hacía lo que es uno de los emblemas de Bruselas el Manneken Pis, una pequeña estatua de 50 cm muy visitada por los turistas donde se puede ver a un niño meando.
Próxima se encuentra la Grand Place, la plaza más importante de Bruselas y una de las más bonitas que recuerde, entre otros está el edificio del Ayuntamiento, el cual destaca por su asimetría.
En la misma plaza se encuentra “Le Roy D’Espagne” sitio que recomiendo para tomar un cerveza y observar la plaza con tranquilidad.
Desde allí cogimos el metro y fuimos a ver el Palacio Real delante del cual existe unos grandes jardines para pasear tranquilamente y tomarnos un respiro.
Más tarde volvimos hacía la Grand Place para buscar un restaurante para cenar por las calles colindantes. No olvides pedirte mejillones, es el plato típico de allí. Todos los restaurantes y bares los tienen. Te los sirven hasta con patatas fritas.
En un día puedes ver prácticamente Bruselas, no hay mucho que ver pero lo que hay es muy bonito. Tampoco nos dio tiempo de ver nada más. Seguro que nos dejamos cosas por ver.
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