Qué ver en Viena (II)

Nos levantamos muy temprano, tomamos el metro y fuimos al Palacio de Schonbrunn. A las 8:30 de la mañana estábamos entrando. Es recomendable ir pronto, porque luego se hacen unas colas larguísimas.


El Palacio de Schönbrunn es uno de los principales edificios históricos y culturales de Austria, desde el siglo XIX ha sido una de las principales atracciones turísticas de la ciudad de Viena. Fue la antigua residencia de verano de la familia del emperador, es una de las construcciones barrocas más impresionante de Europa.


Existen varios tipos de entrada, nosotros compramos la Ticket classic pass por 16,50 euros.

Con este ticket tienes derecho a visitar los salones y habitaciones del Palacio, un total de 40 habitaciones. Incluye la audio-guía.
También los jardines del príncipe.
El laberinto
Y subir a la glorieta donde hay unas vistas excepcionales.



La verdad que puedes pasarte la mañana entera paseando por los jardines, pero si quieres aprovechar los pocos días que vamos a estar en Viena, hicimos el recorrido en apenas 3 horas.


Si visitas Viena no puedes dejar de visitar el Palacio de Schönbrunn.

Regresamos al centro de la ciudad, donde realizamos la visita guiada a la Opera. El precio de la entrada es de 6,5 euros. La visita la realiza una guía en español. La verdad que el grupo con españoles era el más numeroso, incluso más que los de habla inglesa.

Durante todo el año hay obras de teatro todos los días, y puedes comprar entradas para ver la representación incluso por 3 euros, eso sí, de pie y en la parte superior.


Pero durante los meses de julio y agosto no hay representaciones, y la única manera que se tiene de ver la ópera es con estas visitas guiadas.

Hacen un recorrido por todo el Teatro de la Ópera. Es uno de los más importantes y de mayor prestigio y tradición del mundo. La visita es muy recomendable.

Al salir de la Ópera empezó a llover de forma considerable, así que optamos por comer algo antes de continuar.

Después de comer fuimos a visitar la Catedral de San Esteban, situada en pleno centro de la ciudad. Es la iglesia principal de Viena.


Hicimos la visita rápida a la catedral porque queríamos ir a ver el Museo de Sisí. El precio de la entrada eran 10,5 euros. Visitamos las habitaciones de Sisi y su familia. Mientras recorrías las salas te contaban la vida de Sisi a través del audio-guía. Conocer la historia y ver las habitaciones es curioso e interesante, aunque después de ver las habitaciones en el Palacio de Schönbrunn por la mañana, se hizo un poco pesado.

Estábamos reventados, nos fuimos a darnos una ducha al hotel y otra vez a seguir con nuestra ruta. Sobre las 19:00 de la tarde tomamos el metro, nuestro destino era el estadio de futbol, Ernst Happel. ¿Saben que pasó en este estadio el año 2008? Que España ganó la final de la Eurocopa.

De aquí queríamos ir al Pratter, el parque de atracciones de Viena, pero como no cesaba la lluvia desistimos. Ya volveríamos el próximo día que estuviéramos en Viena.

Así que regresamos al centro de la ciudad a buscar un restaurante para cenar y probar uno de los platos típicos de Austria, la carne empanada. Buenísima.


Dimos un paseo por las calles del centro de la ciudad y regresamos al hotel.

Al día siguiente teníamos que ir a recoger el coche que habíamos alquilado y continuar nuestro viaje por Austria.

Fue un ¡Hasta luego Viena!

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