Sydney

Hotel de Sydney. The Grace. Hotel está muy céntrico, sus habitaciones son espaciosas y con mucha luz. Hotel muy recomendable. En Sydney estuvimos 4 días.

Después de muchas horas de vuelo la llegada a Sydney fue un poco accidentada ya que nos perdieron las maletas, se veía venir, ya que facturamos en Valencia y era mucho lo que tenían que recorrer. Por suerte llegaron esa misma noche. Al perder tiempo con las reclamaciones el chico que nos esperaba para llevarnos al hotel se fue, por lo que tuvimos que tomar un taxi.

Nos dirigimos a casa de nuestra amiga Paula que vive en Sydney desde hace tres años. Ella vive en Coogee, donde hay una pequeña playa muy acogedora.

Tomamos un bus y nos dirigimos hacia el hotel. Durante el trayecto pasamos por delante de los estudios de la Fox, de la hípica, estadios de rugby y de cricket…Después de hacer el check in y darnos una merecida ducha nos dirigimos a conocer Sydney.

Nuestra primera parada fue la Ópera House y el Circular Quay, muelle circular, desde allí tomamos un ferry y cruzamos la bahía por delante del Harbour Bridge. Comimos pescado en un restaurante delante del Luna Park, el cual visitamos después de comer.

El Luna Park es un pequeño y bonito parque de atracciones que hay junto a la bahía. Estaba lleno de niños ya que tenían vacaciones escolares.

Cruzamos Harbour Bridge, y subimos a una de sus torres, la entrada son 9,90 $. Las vistas desde allí son extraordinarias, está justo delante de la Ópera House que se observa de maravilla. Dentro existen explicaciones y fotos sobre la construcción del emblemático puente.






Después de la visita seguimos por el barrio de The Rocks, uno de los barrios más antiguos y bonitos de Sydney. Estuvimos paseando por sus calles, fijándonos en las diversas casas que pueblan el barrio. Llegamos hasta la Customs House, la antigua aduana.

Regresamos al centro para realizar unas compras, ropa sobre todo porque no sabíamos cuándo nos iban a traer las maletas.

Sobre las 19:30 regresamos a The Rocks para cenar, estábamos cansadísimos después de todo el viaje en avión. Nos llevaron a cenar a Australian Hotel, donde pudimos degustar pizzas de canguro, emú y cocodrilo. Toda una experiencia, la verdad que estaban muy buenas.

Luego se fueron a tomar una copa en la parte superior de un edificio donde hay un restaurante giratorio llamado Summit desde donde se puede disfrutar de unas vistas impresionantes.

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